jueves, 3 de enero de 2013

Salón de Belleza o Cámara de Torturas?!

 El que quiere moños bonitos, que aguante jalones! (Anónimo)

Para muchos, las visitas al Salón de Belleza son como una especie de escape a otro Plano Existencial; algo así como una versión mas económica de una visita al Sicólogo, Terapia de Grupo o bien, un desconecte de la realidad con trazas de relajamiento.


Para esta humilde servidora, es todo lo contrario. Estas visitas para mí son como una de Cámara de Tortura China donde me esperan: la Cuadra de los Rudos de Relámpago Hernández + un grupo de Samuráis + 1000 Ninjas encojonaos + Manifestantes de la UASD  y todos parados encima de un panal de hormigas caribes en el mismísimo infierno prendió en candela! O sea, ‘tamo claro de que NO me gustan los Salones!




Mi fobia a estos lugares se remonta a los principios de los 80s cuando tenía una cabellera a lo Laura Ingalls (Little house on the Prairie) que fue domada a fuerza de rolos y blower  hasta llevarla al punto de parecer una japonesa.  Parecía que cumplía una promesa con esos moños tan largos.

Recuerdo que iba a un Salón relativamente cerca de mi casa que al parecer era el clavo mas clavo del mundo, donde trabajaban todas las eruditas del arte de la e’tericadera de moños. Estas “Marie Curie” modernas se sabían los trucos y hacían unas pócimas, menjunjeres y mezclas que orgullosamente les llamaban: “wellas”. Estas wellas si las llevaban a un laboratorio químico cualquiera daban cerca de la cura del cáncer o la bomba atómica, por lo que era mejor no cuestionar lo que te estaban poniendo, te entregabas a la Virgen de los Moños y le dabas pa’lla a esperar los resultados.


Las Maestras en Wellas tenían también un Master en Chismología, ya que se sabían los secretos más ocultos de sus clientas. Entre champú, tintes, permanentes y acondicionadores, daban consejos o bien los recibían ellas también, porque como sabían la vida de uno, asi también uno sabia las de ellas.


En fin, que desde que decidí poner mis cabellos en manos de expertas y pasearme, mínimo, por unos 30 y tantos salones en busca de la paz perdida, puedo analizar cual entendida en la materia, las diferencias, similitudes, ambiente y demás, que se viven en los Salones. De la misma forma, también puedo dar unos tips para saber cómo tratar a las Maestras en Blower. Por ejemplo:


1- Si al entrar escuchas música de Miriam Hernández, Yolandita Monge, Ana Gabriel, Anthony Ríos, José José, Dyango, Pecos Canvas, Camilo Sesto y/o cualquier artista de baladas románticas, ASEGURALO…tus cabellos quedaran lisiiiiiiiiitos! Esa es música inspiradora para las Wella Masters.


2-  Sientes que la que te arregla no está en eso ese día, llama juyendo al delivery y “jumpeala” con par de frías. Ahí e’ que prende y ese blower se pone a millón!


3-  Escucha atentamente sus lamentos y li-mí-ta-te a decir: “ese hombre no era para ti, tu eres demasiada mujer para el”. Al decirle esto, garantizaras que tu arreglo se va con la línea completa y no tendrás que pagar extra.


4-  No te asustes si en algún momento no ves bien a la que te arregla por la neblina que se monta de todos los secadores, blowers y tenazas. Es parte del deporte y hay que chupárselo igualiiiito que el olor a Final Net, que según una amiga muy querida, te deja lo’ moños como casabe y saca de apuro si no te dio tiempo de ponerte perfume.


5-  Bajo ningún concepto dejes que la que llego de hacer su curso de tintes y cortes modernos invente con tus moños, y mucho menos el "Pajaro Temperamental" (siempre hay uno en todos los Salones) que hace los cortes. Mejor deja que el conejillo de indias sea otra y no tú. No te lleves de la tentación de que se le aplica el lavado con la línea completa y le sale manicure y pedicure a la que “aproveche” ese especial. Cuando vienes a ver, entras al Salón como Angolina Jolie y sales como Fefita la Grande.


6-  Punto importante, si te das un tinte, cellophane, rayitos, mechas o cualquier cosa que tenga que ver con color, trata un mechoncito pequeño de los de atrás, no sea cosa que salgas como “Ramona La Colora’” con uno de esos colores estrambóticos tipo Kool Aid de Fresa! 


7-  Si el Salón es “Unisex” (Diosssss, no puedo con mi 80tosismo) procura que te arreglen bien en el área de lavado y secado atrás, no sea cosa que cuando salgas con tu “caco de astronauta” con tus rolos, o tus moñitos chorreaítos como perrito yorkie mal lavao’,  te topes con el primo, hermano o vecino de un tigüere que te guste.


8-  No se te ocurra leer una revista mientras te dan un corte, cuando vienes a ver, parecerás una  gallinita japonesa y para cuando te des cuenta…será muy tarde! lo mismo aplica para el manicure...si te descuidas, saldras con unos diseños medio jodones en las uñas!


9-  Eres de las que se desriza, te das keratina o te ponen uno de esos tratamientos “suavizantes”, asúmelo con naturalidad, que en esta media isla tropical, el tener moños malo no e’ pecado!


10- No seas ratona y recuerda siempre dar buena propina! de lo contrario, tendrán en cuenta eso a la hora de depilarte y cobrársela ahí mimito! O en tu próxima cita, trataran de hacerte esperar como Penélope en el banquito azul y ninguna de las manos expertas en belleza querrán atenderte!


Ojo, que hay Salones de Belleza que son realmente muy buenos y las atenciones son muy finas. En realidad estas 10 recomendaciones son para que las tengas en cuenta y no sufras como yo, que paso más de 2 horas en cada visita a la Cámara de Torturas. Asi pues....estas avisada!!!