miércoles, 6 de octubre de 2010

El Mejor Ejemplo

Se supone que deba estar feliz como una lombriz, se acerca una fecha importante en mi vida y en la de los que me quieren, pero hoy en el preámbulo de mis acostumbradas “Patronales Cumpleañeras” mis sentimientos tienen una lucha libre digna de cartelera dominguera.



Dña Chito es la causante de mis encontronazos con la tristeza. No la culpo, ella es así, da batalla hasta el último momento. No lo tomen a mal, porque si les cuento como es, puede que caigan rendidos en sus encantos, mejor déjenme hablarles de este importantísimo personaje protagonista de mi vida.



Ella nace en el seno de una familia campesina de Tenares, Salcedo (todavía no me acostumbro a lo de Provincia Hermanas Mirabal). Hija de campesinos analfabetos pero muy trabajadores, correctos, nobles, humildes y respetables. Le dieron una educación basada en los valores y principios reales que hacen a un ser humano honesto, digno y respetable, pero sobre todo temeroso de Dios y toda la fuerza que hay en El.



Doña Chito como le conocían todos, acompaña su vida con Don Efraín, quien siempre estuvo a la altura de ella y quien la colmó de amor y una inmensa familia mientras vida tuvo. Sus 8 hijos se ocuparon de aumentar todo lo que tenía, tanto en lo económico como en lo emocional, sin mencionar a sus Nietos y Bisnietos de los cuales ella siempre decía que eran su mayor regalo porque nunca dejaban de darle amor y atenciones.



Recuerdo vividamente como en las vacaciones se llenaba su casa de los más de 14 nietos que en aquel entonces estaban dándole carpeta, eso sin contar los amiguitos, vecinitos, primos y todo el que apareciera iban y se reunían en la casa a todas horas. Allí se formaba un rosario de edades, hormonas y feromonas que hacían el conjunto perfecto para la bomba atómica; todavía me pregunto como ella sola podía con todos nosotros porque el número de nietos aumentaba con los años.



Sabia al fin y con una personalidad, carácter y genio imponente, manejaba cual experto General el batallón de adolescentes y niños como si nada. A todos nos asignaba tareas y ay! del que no las cumplía porque se encontraba de cerca con los métodos correctivos disciplinarios más originales de aquella época, desde la clásica pela con tiriguillo, chancletas dirigibles (sigue siendo un misterio como atinaba lanzándolas a distancia), jalones de oreja, pellizcos y uno que otro cocotazo, pero lo más temible de todo eran los boches que daba que te llegaban a lo más profundo de la psiquis y se alojaban allí hasta que te temblaran los huesos.



Dña Chito tenía a todos en la raya, nadie se equivocaba. Era la perfecta Madre abnegada y fuerte que lograba en nosotros tal admiración al combinar perfectamente su rectitud con la dulzura, cariño y excelente sazón; porque de que cocinaba bueno, uyyyy…todavía nadie la ha podido superar. Manejaba al detalle cada uno de los gustos y los platos preferidos de cada hijo, nieto o bisnieto. Se ocupaba de cada detalle de la casa y que no faltara absolutamente nada. Vivía pendiente de todo.



Con el tiempo vio partir de este plano existencial a prácticamente todos los de su generación, a dos de sus hijos y a Don Efraín logrando crecer en ella una fortaleza envidiable. Aun y sin la presencia de su compañero de toda la vida y sus hijos, tenía suficiente coraje para manejar todas las adversidades que se le presentaban.



Los días pasaban y sin esperarlo, el tiempo comenzó a jugarle una trastada. En su casa ya no podía dirigir el batallón como antes, sus movimientos ya no eran tan coordinados, no lograba recordar algunos detalles de sus exquisitas recetas, ni mucho menos probar algunas de ellas por recomendaciones del médico. Le comenzó a costar trabajo recordar algunas personas que a diario le visitaban. La luz que iluminaba esa mente tan despierta comenzaba a bajar su intensidad. Hizo el intento una que otra vez con irse con el “Dueño de la Azotea”, el que todo lo ve y lo sabe, pero parece que no era su tiempo todavía. Nosotros entendimos que el quererla tener entre nosotros a nuestro tiempo no era lo correcto, sino al tiempo del Ser Supremo.



Hoy, en la víspera de que el Señor venga a buscarla, porque ya si se nos esta yendo, hoy quiero recordarla como lo que es: El Mejor Ejemplo de vida, amor y entrega! Que Dios la reciba como la Reina que es, que los Angeles Celestiales no paren de cantar. Estará como de costumbre muy bonita, y ya Guelo Efraín la estará esperando con los brazos abiertos. Se encontrará con Tía Mema y Tía Nila, ella le hará esos cuentos y chistes que a todos nos hacían reír. Vera a sus otras hermanas, primos y compadres, que de esos habían muchos.



Yo, particularmente me quedo con lo mejor, con el recuerdo de una abuela dulce, cariñosa y con un temple de acero. La que con su testimonio de vida me dio fuerzas para encarar muchas trabas en mi vida; la que con su gran pasión fue soporte de una grandiosa pero complicada familia. La Mama Guelita de mis hijos, la Mamá de mi Mami y mi Guela querida hoy se me va físicamente pero no de mi corazón. Hoy y siempre, celebraré su vida, su ejemplo y el legado que dejó en todos nosotros.



Nos vemos un día de estos Guela, nos veremos siempre!

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